lunes, 24 de abril de 2017

Por una apuesta terminé pololeando

Hoy nos iremos para atrás en la historia de las incontables aventuras weveadas que he tenido. Y a continuación estableceré el mágico contexto en el cual esta historia ocurrió.
Era el año 2002, comienzo del año escolar. Sonaban canciones como A Dios le Pido de Juanes o Cry Me A River de Justin Timberlake. Comenzaba mi preparación para la P.A.A. (si, alcancé a dar la última P.A.A.) en uno de tantos preuniversitarios que habían, en una sede en pleno centro de Santiago. Con el paso de los meses hice algunos amiguitos y el grupito que conformamos era de 4 y todos de distintos colegios, 2 hombres y nosotras 2 mujeres. Se nos unió un quinto y ese quinto fue mi perdición.
Imagínate: eres chico, nunca has pololeado, no te ha ido bien pinchando en verdad y te gusta una persona. La ves y te ecnanta cuando llega y deseas poder hablarle y todas esas cosas. Esa persona, para mi, fue Mateo. Mateo llegaba y se sentaba con todos sus compañeritos de colegio, que estaban en el mismo preu. Era inteligente, gracioso y tenía unos ojazos verdes, sin mencionar un pelo rizado casi afro.
Un día se me acercó y me preguntó si podía acompañarme al metro y yo POS OOOBVIO, 100 VECES "bueno si, claro, no sabía que te ibas en metro" (?). Y así caminamos hasta el metro conversando y todo. Al momento de despedirnos, me dio un beso. Bueno de ahí nos pusimos a pololear, porque en esa época todavía se pedía pololeo, así bien señorito.
Duramos 4 maravillosos meses, pololeo de niños, porque no hubo sexo involucrado, ganas si pero nunca pisamos el palito.
El mismo día que cumplimos esos 4 meses, fuimos a un parque. Yo le tenía una carta en una esquela perfumada que le había escrito la noche anterior. No alcancé a entregársela, cuando me dice que terminemos, de la nada, sin adevertencia, sin señales, sin cambios de humor. Atiné a llorar y salir corriendo, si así como en las películas.
Meses después, me contactó uno de los amigos que teníamos en común, en el preu. Tomamos oncesita y de repente se pone serio.
"Tengo que decirte algo, porque creo que está mal y no te lo mereces..." Yo no tenía idea de qué cosa estaba hablando. Y luego sigue "...todo fue una apuesta y Mateo no sé que ganaba..." Mi cara de a poco se fue cayendo. ël me vio y dejó de hablar.
Lo que sucedió: entre los amiguitos hicieron una apuesta. El primero que se agarraba una mina y pololeaba por un período de 4 meses cerrados, con cama ganaba algo que nunca supe. Si no había cama, no había más tiempo y no ganabas nada.

Mi primer pololo de la vida fue producto de una apuesta. Que fue lo bueno? Que el wn no ganó nada igual, osea al final salí ganando yo sin saber 😁

1 comentario:

  1. Ajajajaa son entretes tus historias! mira tú, yo juraba que yo había dado la última P.A.A. el 99 jajajajaja Yo también pedi pololeo por una apuesta, pero era chico, tenía como 13 años, cobre la apuesta y termine! jajajaja malo!! sii lo fuí! jajajaaja, pero era chico asi que no vale!

    El Teiker! (el primero en comentar! jajaa)

    ResponderBorrar

Qué piensas de esto? Usa tu voz