Jugemos a la Ley del Hielo

En el colegio, nosotros, la generación X, teníamos muchísimos juegos para la hora del recreo. A mi en particular me gustaba jugar al Pillarse, al Sooooooo, Hoyito Patá, la Pinta con alto, al Tombo. Teníamos mucha imaginación para matar el tiempo. Y también teníamos nuestra forma de ser crueles, como no sentarnos con los enemigos, o hacer "eeeerrrffffff" en voz alta, cuando alguien decía algo ridículo en clase....o cuando entraba alguien del 3° B (4°, 5°, 6° y así hasta IV medio, pero que fuera del B) especialmente una mujer y todos cantábamos "ha-ce calor, ha-ce calor, ha-ce calor". Era con una connotación de fakin bitches, ya saben.
Bueno, una forma de castigar al enemigo era la famosa Ley del Hielo. Esa la aprendí de chiquitita, a los 5 años, cuando hacía ballet en la academia de Karen Connolly y una profesora me la hizo, cuando no le presté unas horquillas para el pelo, porque mi mamá me dijo que no las prestara, ya que se perderían. Las profes eran muy crueles y bueno, mi respuesta fue llorar.
La Ley del Hielo es en verdad una ley, dentro de lo que es el ambiente de colegio, en la infancia, ya que es una reacción infantil a los problemas de interacción con los pares. Es un amurramiento. Pero me he dado cuenta que esta ley perdura más allá de ese mundo. 
En mi particular vida, conozco gente casi todos los días. Uno de esos conocidos, un personaje simpático, buena cabeza, livianito de sangre, apareció en el mapa. Por un amigo en común nos conocimos y de primera me cayó muy bien. Chateamos casi todos los días y hablamos de distintas cosas. También es de escenarios, asi que fui a verlo a uno de sus shows y terminamos de carrete, con una amiga suya y un amigo mío. Después de eso comenzó lo penca...PENCA PENCA. Como los días anteriores le hablé. No hubo respuesta. Al día siguiente volví a preguntar y nada. Quedaba sólo el maldito visto ✓. Así se ha mantenido hasta hoy.
Mi opinión? Prefiero una pelea o de frentón una mala palabra. El ignorar a alguien es simple grosería.
Nunca sabré si algo mal hice yo o que sucedió.
Si usted está leyendo esto, le recomiendo que no lo haga. Todos tienen derecho a enmendar sus errores y sino, aprender de ellos.
Yo...yo sigo siendo como soy 😉